En el artículo 36 del Código de Infancia y Adolescencia se reconoce el derecho de los niños, niñas y adolescentes con discapacidad que entiende la discapacidad como: una limitación física, cognitiva, mental, sensorial o cualquier otra, temporal o permanente de la persona para ejercer una o más actividades esenciales de la vida cotidiana.
En Colombia ese conjunto de normas para la protección de la niñez y los adolescentes que tiene como propósito, garantizar su bienestar y salud, para que crezcan con su familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, como lo dicta la Ley 1098 del año 2006.
Además de ello, la Constitución Política y los tratados y convenios internacionales, los niños, las niñas y los adolescentes con discapacidad tienen derecho a gozar de una calidad de vida plena, y a que se les proporcionen las condiciones necesarias por parte del Estado para que puedan valerse por sí mismos, e integrarse a la sociedad.
Asimismo, vela por cuatro puntos esenciales que son:
- El respeto por la diferencia y a disfrutar de una vida digna en condiciones de igualdad con las demás personas, que les permitan desarrollar al máximo sus potencialidades y su participación activa en la comunidad.
- Todo niño, niña o adolescente que presente anomalías congénitas o algún tipo de discapacidad, tendrá derecho a recibir atención, diagnóstico, tratamiento especializado, rehabilitación y cuidados especiales en salud, educación, orientación y apoyo a los miembros de la familia o a las personas responsables de su cuidado y atención.
Igualmente, tendrán derecho a la educación gratuita en las entidades especializadas para el efecto.
Corresponderá al Gobierno Nacional determinar las instituciones de salud y educación que atenderán estos derechos, como también, el ente nacional encargado del pago respectivo y del trámite del cobro pertinente. - A la habilitación y rehabilitación, para eliminar o disminuir las limitaciones en las actividades de la vida diaria.
- A ser destinatarios de acciones y de oportunidades para reducir su vulnerabilidad y permitir la participación en igualdad de condiciones con las demás personas.
En Angelito de mi Guarda no tenemos niñas con discapacidad pero mediante el amor de voluntarios, mamá chiquita, benefactores y las alianzas con otras fundaciones, las niñas hacen un trabajo de servicio involucrándose en ocasiones con niños discapacitados.