Bien es cierto que no hay claves para la felicidad, pero vivir en conciencia hace que seamos más libres y nos acerquemos más a ella.
La conciencia de la muerte como lo dice Roberto, la adquirimos al nacer, luego de vivir la experiencia del nacimiento. Por ello, la antropología afirma que los seres somos finitos y nosostros desde el primer día somos concientes de ello y nos marca cada día de nuestra existencia.
¿Entonces qué nos separa de vivir plenamente y con libertad? el ego, donde nuestros miedos se traducen en que los demás son responsables de mi desdicha, porque me atacan, me rechazan o me abandonan y yo debo mostrar siempre que soy fuerte.
Por qué no mejor, escuchar la voz de la conciencia y vivir felices y con libertad: “los otros hacen, no me hacen” y dejar al lado la voz del ego que solo me llevará a un pozo ciego y sin salida.