El método Montessori es un modelo educativo ideado por la educadora y médica italiana María Montessori que consiste en observar al niño para potencializar sus capacidades, adaptando su entorno de aprendizaje a su nivel de desarrollo.
Su propósito es ayudar al niño a obtener un desarrollo integral que le permita lograr un máximo grado en sus capacidades intelectuales, físicas y espirituales, es decir su auto-desarrolle en un ambiente estructurado, de la mano del adulto.
Con este método el niño se aleja de los métodos educativos tradicionales y logra el desarrollo natural de sus aptitudes a través de la autodirección, la exploración, el descubrimiento, la práctica, la colaboración, el juego, la concentración profunda, la imaginación y/o la comunicación, puesto que se basa en la espontaneidad y la promoción de la independencia del niño.
Sus principios educativos fundamentales
si partimos de la afirmación de que las personas nos autoconstruimos psicológicamente a través de la interacción con el entorno, y tenemos una tendencia innata al desarrollo personal, podemos entender los 8ocho principios de este método:
1. Aprendizaje por descubrimiento
Por su caracter constructivista, aprendemos mejor mediante el contacto directo, la práctica y el descubrimiento que a través de la instrucción directa. Esto puede cambiar a los 6 años donde se incluye clases magistrales para ciertas materias.
2. Preparación del entorno educativo
Basado en el entorno preprado, adaptado a las necesidades del niño en función de su edad. Se aconseja mantenerlo limpio y ordenado, estéticamente atractivo, que propicie el movimiento y la realización de actividades, y se encuentren elementos naturales como plantas, dentro y fuera.
3. Uso de materiales específicos
4. Elección personal del niño
Se da libertad para escoger cualquier material, juego o contenido educativo de entre los que hay disponibles en el entorno preparado, donde se aplique la “autoeducación” participación activa de los niños en su propio aprendizaje. Aquí el rol del adulto (padre, profesor) se relaciona con la preparación, la supervisión y la ayuda.
5. Aulas para grupos de edad
Se recomienda que las aulas contengan bastantes alumnos y que estos tengan edades diferentes, divididos por grupos de edad (de 3 años) a causa de las especificidades del desarrollo en cada periodo. Puesto que existen periodos sensibles en los cuales los niños tienen una mayor facilidad para adquirir unos u otros tipos de destrezas y conocimientos: en la infancia temprana, se desarrollar el lenguaje o los sentidos, mientras que el pensamiento abstracto se fomenta sobre todo a partir de los 6 años.
6. Aprendizaje y juego colaborativos
Puesto que que prima la libertad del niño de cómo educarse, es frecuente que compartan y colaboren con sus compañeros, lo que permite la tutorización entre pares. Muy relevante en relación al juego (que cumple funciones importantes en el desarrollo sociocultural) y debe ser promovido por el adulto.
7. Clases sin interrupciones
Habitualmente se utiliza clases de 3 horas ininterrumpidas, donde lo que se busca es favorecer el logro de un estado de concentración que potencie el aprendizaje.
8. Profesor como guía y supervisor
El adulto tiene el rol de guíar el aprendizaje, evitando obstaculizar su proceso de autoeducación. Preparan el entorno, observan a los niños para promover el aprendizaje individualizado, introducen nuevos materiales educativos o aportan información.