“Hay dos preguntas que suelo hacerme,
¿Cuál es mi tiempo? ¿Cuál es mi ritmo?
Esto me hace parar, reflexionar, darme cuenta y estar en presente.”
Somos actores principales de nuestra vida, atendemos a las necesidades que nos presenta el otro y el entorno. Comenzamos a vivir como nos enseñan, a suplir esas necesidades que habitualmente no son nuestras, que no nacieron con nosotros y solo son un efecto colateral del momento en el que elegimos venir a este mundo, a esta existencia.
Es ahí, justo ahí donde debemos hacer un alto, un pare, un cambio. Todo cambio comienza igual, con una pregunta. Tendríamos que aprender a preguntarnos, diría que solo es cuestión de recordar, apelar a nuestra memoria cósmica y dejar que fluya… ¿Cómo estoy? ¿Qué deseo? ¿A dónde quiero ir? ¿Cómo me siento?….
¿Mi tiempo? Cuantas veces estamos solo en el futuro, en lo que puede pasar, que es lo qué debo o no hacer para dicho momento….
O en el pasado, en ese “tiempo pasado que fue mejor” nunca lo considero excluyente. Necesitamos los tres momentos, no solo el presente… Así como necesitamos todas las direcciones, todos los polos… Equilibrio.
¿Y el ritmo? Cuántas veces estamos descompasados, a otra velocidad o simplemente no estamos fluyendo con el ritmo que necesita cada instante. Todas las canciones no son a la misma velocidad, solo piensa en eso: no lo son.
Todo es ritmo. Comer muy rápido, porque tienes afán, es comer en el futuro; bañarte despacio, porque no quieres llegar a la cita, es asearte en el pasado.
Todo requiere de un ritmo. Fluir con la vida representa una mirada permanente al ritmo con el que haces las cosas y cada momento tiene su energía y la información que le des a esa energía será la que permanezca en ese momento.
Y tú, ¿en qué tiempo estás?
¿Cuál es tu ritmo?
David Molina
Ritmiko
Equilibrio para cuerpo y alma
300 618 4065